Durante el pasado sábado 29 de febrero tuvimos el privilegio de comenzar nuestra Cuaresma en el VII Festival Benéfico de Música Cofrade «La Columna», en Alcalá de Henares. En tal certamen tuvimos la oportunidad de presentar una de nuestras últimas marchas propias bajo el título de «Y expiró en el Arco…», compuesta por Antonio Marín Romero y dedicada a nuestro querido Stmo. Cristo de la Expiración de Écija (Sevilla). Hoy, junto al estreno, os traemos el significado de esta emotiva marcha de manos de su autor:
«La marcha comienza describiendo el ‘pre-funeral’ de Jesús. La armonía ejecuta en un piano sutil notas largas que expresan el inmenso dolor que sienten al ver el destino del Hijo de Dios. Un movimiento melódico de la primera y segunda voz de trompeta suman aún más dolor si cabe a la inmensa pérdida que va a suceder.
Comienza el acto de los romanos. La sección de trompetas, en un juego de semicorcheas, representan el miedo del pueblo al ver tan inmenso dolor físico generado en Jesús. Cada negra con marcato del resto de la formación ponen en escena cada clavo que los romanos ejecutan en el cuerpo de Cristo en el momento de su crucifixión.
Una vez Jesús es crucificado, la marcha rompe melódicamente aunando todas las voces de la formación, representando un momento doloroso y triste, aunque al mismo tiempo grandioso.
Jesús es crucificado y ante la burla verbal de uno de los criminales “Jesús, acuérdate de mí cuando comiences a reinar”, Jesús le contestó “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Ese paraíso se hace entrever con el movimiento melódico que describe la marcha.
Tras el primer fuerte, cuándo la marcha culmina de su máximo para dar paso al pasaje de los solos de corneta, se expresan una serie de marcatos delicados cada 4 compases, que representan los últimos respiros de Jesús antes de llegar a su expiración. La melodía de la primera piano de corneta representa el dolor de los discípulos de Jesús al ver a su maestro crucificado. Los solos de corneta representan el llanto de la madre de Cristo al ver llegar la muerte de su hijo.
Con el fin del último solo, Jesús expira. Los romanos siguen con un juego de burlas e insultos hasta el final de la marcha, representándose con una serie de contrapuntos que se superponen hasta los dos últimos compases de la marcha donde, finalmente, un solista de corneta lanza su sonido al cielo, lanzando un mensaje de esperanza. La resurrección de Jesús será próxima.»
Esperamos que esta grandiosa composición sea del agrado para todo el público y se disfrute de ella tanto como lo hacemos nosotros cada vez que se interpreta.